Educación, empleo y movilidad social
Hace unos años publicó el Observatorio Social de La Caixa un artículo sobre la relación que puede existir entre la situación laboral y el origen familiar en Europa durante los años de la Crisis. En él, se analizaban cinco países entre los que estaba España y en el que los resultados señalaban que el origen social de la familia influiría en que su miembro tuviese una mayor probabilidad de encontrar un empleo de calidad, es decir, más seguro y mejor remunerado.
Las actuales
administraciones públicas de España encargadas de implementar políticas
públicas en materia de protección de desempleo, desarrollando políticas activas, no están logrando el objetivo
principal que sería la activación y por consiguiente, el retorno al mercado
laboral y poder lograr la disminución del paro, un fenómeno social de gran impacto
en la sociedad y economía española que viene arrastrando desde hace tiempo sin
poderle dar una solución que así queda reflejado en la opinión pública española
recogida en los barómetros del CIS, pero es llamativo el caso en el que la
parte que se encuentra en paro con mayor formación académica, además de no
tener las oportunidades de empleo y en caso de que hubiesen, sería muy desajustada
su entrada y es ahí cuando entra la hipótesis del origen social del profesional
a la hora de acceder a un empleo no precario.
Pero antes me gustaría
detenerme, estimado lector, en explicarle de forma breve ese concepto que para
la sociología es muy importante, discutido y al mismo tiempo polémico, la movilidad social, y así podamos
hacer una reflexión conjunta sobre este artículo y veamos en qué consiste y qué
relación tiene con otros dos pilares del sistema social como es la educación y
el empleo. En primer lugar, quiero hacerle una observación ya que la definición
de movilidad social vendrá condicionada por la perspectiva teórica que lo exponga.
Habría dos, la de tipo liberal –
funcional y la de clase. En la
primera, la sociedad se entiende como un ente homogéneo en el que sus miembros
tienen oportunidades de escalar en la movilidad social sin disponer de grandes
barreras o lo que llaman los sociólogos, cierre
social. Mientras que la de tipo de Clase
señala que la sociedad estaría constituida por clases en la que sus miembros
avanzarán de acuerdo a su posición de clase en la que se encuentren ubicados y
esto condicionará hacia cuál será su clase de destino (si es que avanzan). Para
los clasistas, si los individuos se mantienen en la misma posición de clase
estaríamos ante lo que denomina el lenguaje sociológico como herencia social o inmovilidad (social). Los datos del estudio que ofrece el observatorio
catalán podrían estar en conexión o entenderse con la segunda perspectiva
teórica (aunque no podemos afirmar esto de forma concluyente) en lo que a un
país se refiere, concretamente, España. En él se presenta un ejemplo sobre lo
que sucede en un contexto en el que dos personas con la misma carrera pero que
provienen de distinto origen social tenderán a distintos caminos y oportunidades
hacia el empleo y además, con condiciones diferentes ya que si el origen social
se encuentra mejor ubicado de uno de ellos, podrá permitirle a su miembro adquirir
mejores empleos, sueldos y estabilidad.
Al estudiar el fenómeno del
desempleo, no únicamente podemos formular hipótesis sobre el paro estructural
que pudiera existir en España, sino que podemos sumar otra que es la del origen
social para intentar llegar más allá de nuestra comprensión sobre este fenómeno.
De acuerdo con la Encuesta de Inserción Laboral de los Titulados Universitarios (EILU) del INE, el método de búsqueda que al parecer tiene mayor efectividad a
la hora de encontrar un empleo por los recién graduados universitarios es el de los contactos personales o contacto
directo con el empleador que es casi siete puntos más que el segundo que es el
de anuncios en periódicos, internet, etc. La encuesta proporciona datos muy
interesantes para poder hacer un análisis sobre la situación en la que se
encuentran los graduados universitarios una vez finalizados sus estudios y por ejemplo,
la tasa de empleo y paro difiere ligeramente entre el tipo de universidad, a
favor de la privada y en detrimento de la pública o en el tipo de contrato, en
el que la privada supera ligeramente a la pública en lo que se refiere a contratos
fijos. Podríamos sospechar que el mérito, principalmente agravado por la situación
crítica por la que atravesamos, pasaría a segundo término respecto de las redes
de contacto personal que pudieran existir entre el graduado y el futuro
empleador. Ya en condiciones normales, la agenda de contactos personales es tan poderosa que así lo describía en una publicación en España uno de los más importantes politólogos de los Estados Unidos, Robert Putnam, a la hora de tener mayores oportunidades de empleo sin que el título académico medie para ello.
¿Qué pasa en España que sus
responsables públicos no sa ben cómo enfrentar este problema y darle una
solución (obviamente quitando el efecto pandemia)? ¿Por qué España sigue
generando números inadmisibles en los datos de desempleo proporcionado por las
distintas organizaciones que lo miden a diferencia de países similares y en el que los parados con mayor formación se encuentran por encima de la media de estas?
Quizá en el pasado el hecho de tener una mayor educación te abría la puerta a un empleo de mayor cualificación y esto a su vez permitía moverte en la escala social (movilidad social) pero parece que esto se ha roto en los momentos en los que vivimos (pandémicos) porque actualmente el que se disponga de un título universitario no garantiza acceder a un empleo de calidad como en el pasado, de mayores ingresos y estabilidad, hecho que queda ejemplificado y materializado en el actual contexto español.
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