Ingenuidad

 


En política, nada es neutral, nada es improvisación. Esto se comprueba en las imágenes de la «Inauguración de los Juegos Olímpicos en París», asunto que me lleva a recordar uno de los temas tratados en los manuales de Ciencia Política como es el de la utilización del lenguaje (en este caso, el lenguaje visual, la imagen), como arma política adaptado para transmitir una posición política y social. 

Todos hemos presenciado las imágenes ofensivas, blasfemas, a los creyentes cristianos en favor de la cultura postmodernista que impregnó la inauguración y que ahora al ver los efectos en la opinión pública se intenta utilizar la excusa simplona sobre que la intención o la finalidad del “performance” no era la ofensa sino que han sido los propios cristianos (y los no cristianos pero religiosos), los que entendieron mal (o percibieron según su marco de referencia cognitivo), ya que lo que en realidad querían era dar vida a la pintura de Van Bilijert, un argumento que únicamente amplía la ridiculez de la retórica de estos días desmontada con gran lucidez y rigor, por ejemplo, por Monseñor Munilla en España.

Pero vuelvo a las imágenes como instrumentalización política de la comunicación. No deja de ser una ingenuidad el de querer justificar este suceso como algo artístico cuando si uno se detiene a observar y lo analiza, verá que en el trasfondo es una estrategia bien planificada para seguir construyendo una mentalidad del postmodernismo cimentada en las tesis de que la realidad no existe, sino que existe lo que “yo interpreto y afirmo” qué es la realidad. Negación absoluta de naturaleza. La vanagloria de algunos medios franceses viajaban a toda velocidad digital y que curiosamente horas después, retiraban dichos comentarios de sus redes sociales. Algunas de las personas que intervinieron confirmaban a los medios la parodia a la "Última Cena" de Da Vinci. Todo esto en un contexto en el que no es nada casual que esto surja en la Francia heredera de la Revolución francesa sino también, de la cuna de los promotores ideológicos de este bodrio como es Michel Foucault, Jacques Derrida o Lyotard, además, utilizándose un acontecimiento de proyección mundial y de gran consumo de masas para difundirlo. Un evento como los Juegos Olímpicos lo que debe transmitir y reforzar son valores como el esfuerzo, la disciplina, el trabajo en equipo, el liderazgo, en resumen, la unión de todos los que habitamos en este mundo a través del deporte, materia susceptible de cohesionar, aglutinar y no de dividir.

Gustos a favor o en contra u opiniones de todo tipo en inauguraciones de eventos de este calado pueden ser más que variadas, y es normal pero lo que no es o no debe ser es la ingenuidad, esta no cabe aquí si no, “te han dado gato por liebre”. La libertad tiene condicionamientos: el respeto a todos por igual.








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