ACUDAMOS AL LLAMADO DE LAS URNAS
Hoy los mexicanos nos volvemos a encontrar frente a las urnas como hace seis años. Hoy es el día de la fiesta de la democracia, de la joven e incipiente democracia mexicana. Hoy caminamos por las elecciones más grandes de la historia democrática donde por primera vez tendremos a una mujer de presidenta. México es una gran nación y a pesar de todo (y de todos sus políticos), hoy el reloj lo ponemos a cero y nos invita a no quedarnos pasivos ante lo que son nuestros derechos político - electorales.
Desde la última elección (2018) en la que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, ganara las elecciones y proclamara lo que a su juicio sería “La Cuarta Transformación de México” o 4T, como popularmente se conoce, nos prometió que de ella emanarían los grandes cambios que México necesitaba. No llegaron. Seré breve porque a lo único que quiero ajustarme es al de compartir mi satisfacción de ver cómo los mexicanos desean expresarse y salir (o salimos) para emitir nuestra opinión, canalizada en el instrumento democrático que es el voto, determinando así, si se continúa con la misma línea gubernamental, o no. Hoy tenemos la oportunidad de aplicar la rendición de cuentas. Hay que destacar que la otra cara de la moneda es la que nos deja el proceso electoral, demostrando nuevamente que los mexicanos atravesamos por ese estado psicológico, que dentro o fuera de nuestras fronteras, nos sumerge en el fenómeno que recorre el mundo como es "la polarización política".
México ha sufrido mucho, en nuestra historia como país independiente está repleta de acontecimientos que narran injusticias y sangre derramada provocada por causas absurdas, muestran el rezago económico que no hemos podido solucionar con millones de mexicanos en la pobreza y con una deuda histórica de no lograr la consolidación de un sistema político que pudiera darle al país una sostenibilidad democrática materializada en una estabilidad institucional; conforme uno abra un libro, serio y riguroso, de historia, podrá entender (y comprender) que más que éxitos hemos tenido fracasos, en el que el verdadero perdedor ha sido, la propia sociedad. México ha transitado con mucho dolor y con muchas vidas perdidas hacia esta democracia imperfecta, pero es urgente y necesitamos contar con un liderazgo que una, que aglutine, que deje a un lado el maniqueísmo, quizá sea rentable a los políticos pero muy malo para el pueblo mexicano y se haga cargo, de una vez por todas, de los grandes retos que tiene como por ejemplo la violencia incontrolada. ¿Por qué hemos llegado a estos niveles?
Confiemos que podamos salir victoriosos porque la idea del fraude recorre a México. El ganador que asuma y el perdedor, que reconozca. Si de verdad aspiramos a un México libre, más justo, próspero, desarrollado y abierto para todos, participemos en lo que nos toca. Hoy tenemos la oportunidad de ejercer nuestro derecho constitucional sancionado en el artículo 35, no perdamos esa opción y acudamos al llamado de las urnas. Yo ya lo hice desde la lejanía.
Este domingo 2 de junio de 2024, todos a votar. ¡Viva México!
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