Viva la fiesta de la democracia


Como bien saben, nos encontramos inmersos en el evento deportivo más importante del mundo, un fenómeno de masas por excelencia, el Mundial de Futbol en Rusia, y a poco más de 24 hrs. para que México juegue su partido de octavos, el encuentro más importante que nos toca encarar a “todos” los mexicanos son las “Elecciones Federales 2018” de hoy, en el que votaremos a nuestros representantes para el próximo sexenio y trienio.

Han pasado seis años y nuevamente la democracia mexicana se pone a prueba, encontrándose lista para someterse a su revisión, la cual, aunque considero será positiva, no dejan de rondar factores que siguen sujetándola, rémoras, como es el ya conocido y más que comprobado, reducido apoyo electoral que tienen las candidaturas vencedoras, producto de las reglas de juego del sistema mexicano y que brevemente me gustaría comentar por su incidencia en la satisfacción por la democracia. A mi juicio, para mejorar la calidad democrática y reforzar su legitimidad, una de las reformas que deben acometerse sin dilación consiste en la generación de mayorías fabricadas (mayoría absoluta) para las candidaturas ganadoras, me refiero a la «segunda vuelta», todo ello a través del método conocido como ballotage (lo explicaré en un próximo artículo), existente en otros sistemas presidenciales; lo menciono porque las dos últimas elecciones para Presidente de la República como todos recordamos, han sido cuestionadas (y desacreditadas) por carecer de este tipo de sistemática electoral que lo dirima y reduzca la frustración. Encontrar un equilibrio entre los que gana su candidato y entre los que pierden, es una asignatura pendiente.

Llegada otra vez la fiesta democrática a México, otro indicador de importancia sobre la calidad del sistema no es otra cosa que la participación electoral. Como todos sabemos, constituye la herramienta esencial que permite intervenir de manera indirecta en los asuntos púbicos de la nación por medio de los representantes políticos, hoy escrutados. No agotar las energías por parte de los poderes públicos, la administración electoral y de la sociedad en sí, debe ser un compromiso que no debe relajarse. La formación de ciudadanos que conozcan perfectamente sus derechos, sus obligaciones y sobre todo, cómo ponerlos en práctica para su ejercicio, es obligación de todos. La fiesta de hoy nos recuerda, que además de elegirlos, nos empoderan para que nos rindan cuentas, dotándonos de responsabilidad y de acción precisamente por nuestras decisiones en la candidatura elegida ya que, otorgado el voto, no hay marcha atrás.

Al igual que en la fiesta del futbol los principales protagonistas son los goles y esperando que México gane a Brasil, aquí serán, (haciendo alusión a la famosa formulación del politólogo Adam Przeworski y sus “piedras de papel”), los goles pero de papel, los que darán la victoria y que habrá que meter en cantidad. 

¡Viva la democracia! ¡Todos a votar!





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