Claudia Sheinbaum auspició el pasado 28 de febrero un funeral de Estado para una figura mexicana inexistente. Me explico. El funeral fue para conmemorar la muerte de Cuauhtémoc, el último emperador del imperio mexica (o azteca), que con gran valentía defendió su ciudad ante Hernán Cortés y sus hombres (castellanos e indígenas), pero resulta que este tlatoani no era, literalmente mexicano, sino tenochca, es decir, perteneciente a Tenochtitlán.
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