¿Hay espacio en la democracia liberal para los “Conservadores”?


Cuando Giovanni Sartori nos proponía que para que entendiésemos la manera en la que emergió la democracia liberal era necesario conocer su semilla, es decir, el pluralismo entendido en su praxis como "diversidad de opinión", el disenso, entonces ¿por qué los políticos y los miembros de la sociedad que se dicen «conservadores» en nuestros días, esconden sus verdaderos pensamientos? ¿Es que en únicamente en las democracias que se denominan liberales existen espacios para los simpatizantes del liberalismo?

Si nos ajustamos a la perspectiva teórica de la democracia (liberal) del politólogo italiano sobre su origen, ahondaremos en lo que concierne a su núcleo consistente en la no uniformidad del pensamiento y sí a la diferencia o diferenciación (como él la llama), llegados hasta aquí y de forma clara ¿por qué en la actualidad asistimos a un repliegue en la difusión de las creencias de valor por parte de los conservadores? Quizá la respuesta no se deba a un solo factor pero hipotéticamente podríamos decir que un responsable de esto sea en parte la retórica (pos)modernista, que va ganando terreno y por tanto, la instrumentación de la semántica. Ubicarse en el carril ideológico de los conservadores tanto para el ámbito social como político genera un etiquetaje construido por una serie de adjetivos (anacrónico, arcaico, cavernario, reaccionario, ultra, por citar algunos) que no tendrían otra finalidad que la de capitidisminuir al conservador precisamente por las celadas utilizadas en el lenguaje, dando como resultado una actitud achantada por un supuesto no encaje en el mundo, a nivel político un coste electoral y a nivel social, una confusión de la ciudadanía.


La democracia liberal no se reduce exclusivamente al consenso sino también, que se ejercite el disenso, todo ello por supuesto enmarcado en un conjunto de reglas y conductas tolerantes, pero de eso a aceptar todo lo que venga de los que propugnan teorías que contradicen el orden natural de la sociedad, el relativismo o esquemas de pensamientos abstractos o “del progreso”, contradirían la esencia democrática de la misma y en la que existe una parcela para el conservador, pero este tiene el reto de demostrar sus argumentos para derribar los clichés que le rodean en concordancia por lo expuesto por Michael Oakeshott en su ensayoRacionalismo en la políticade que ser conservador es preferir la alegría real a la bendición utópica y lo familiar a lo desconocido.


Debido a la utilización simplista que se hace sobre el espectro político en el que se utiliza solamente la versión dicotómica derecha e izquierda, la derecha política o nueva derecha se reduce a una interpretación economicista pero su naturaleza es más compleja ya que se combinan ideologías distintas como es el liberalismo (económico) y conservadurismo (social), ambas lo constituyen pero no son intercambiables.

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