El Estado y la ideología de género
Cuando el autobús de HazteOir inició su campaña
de concienciación en Madrid para tratar el asunto sobre de la educación y la
“sexualidad” regulada por el Estado, puso en la diana mediática el fenómeno de
la ideología de género que recorre el mundo, que de la mano de los que ejercen
el poder político y su visión relativista, están logrando que tenga una
adaptación en las distintas legislaciones, pero ¿en qué consiste esta
ideología?
Dicen los eruditos que antes de nada, lo
primero que debemos hacer es definir conceptos. Decía el filósofo marxista,
Antonio Gramsci, acerca de las ideologías, que éstas eran “vulgarizaciones
filosóficas que llevan a las masas, a
la acción concreta, a la transformación de la realidad”; su compatriota, el politólogo Giovanni Sartori señalaba
acerca de las ideologías que estas son
“un sistemas de ideas e ideales transformados en creencias”. La ideología de
género (o identidad de género de acuerdo a las legislaciones) y siendo breve,
es aquella ideología que proclama que el sexo biológico de cada individuo como realidad objetiva -la esencia- no
constituye la base para la identidad de la persona, sino que es definida por su
realidad subjetiva -existencia- que
es la que la construirá, es decir, la persona al nacer no es lo que es, sino
que será definida a lo largo de su vida tal como le plazca. Esta ideología tiene
su origen en el feminismo en su
vertiente radical, donde el patriarcado como causante del sometimiento de la
mujer, a través del sexo biológico, lo considerará como instrumento de
dominación y por tanto, habría que lograr su liberación entendiendo a su vez a
la heterosexualidad como un constructo de la cultura dominante así como la
familia, a la cual, habría que abolirla. Por tanto y volviendo al asunto, el
género es una construcción sociocultural del individuo y esto debe ser creído y consolidar su derecho. ¿Ideología inocua?
Cada persona al nacer desde un plano biológico
vendrá determinada por su código genético y desde un plano normativo ostentará
su dignidad como ser humano, pero al mismo tiempo, esa persona en el grado de
madurez que tenga, ejercerá su autoderminación sobre su ser, su libertad. Hasta
aquí todo bien, pero ¿qué pasa si esa libertad y esa realidad subjetiva del ser
se asigna por ley? Además ¿Qué pasa si este subjetivismo difundido por
organizaciones internacionales “recomienda”
a los Estados a que se adopte esta visión y se traslade a sus a sus legislaciones?
¿Existe evidencia que respalde semejante propuesta? Me parece que no y más bien
es ideología. El Colegio Americano de Pediatras en los Estados Unidos se
posiciona al respecto denunciando que “La ideología de género daña a los niños”, explicando que la sexualidad humana es un
rasgo binario biológico objetivo "XY"
y "XX" que son marcadores genéticos de hombres y mujeres además,
señala que nadie nace con un género sino que todos nacemos con un sexo biológico,
distinguiendo al género como un concepto sociológico que juega un papel sobre «la
conciencia y sentido de sí mismo como hombre o mujer y donde los hechos - no la ideología - determina la realidad». La RAE, que reconoce
al género en el sentido de tecnicismo de la sociología señala desde su ámbito que “las
palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género)”.
Es importante que sepamos que ideología de
género no es orientación sexual, aunque quizá se preste a confusión y sea
propenso de intercambio, no debe ser equívoco. El debate público sobre de la
sexualidad en la educación que ha propuesto HazteOir merece ser tenido en cuenta y
tomarle la palabra, los contrarios a esta organización civil tienen la
oportunidad de exponer su postura pero creo, que sin la retórica hueca y
repleta de adjetivos (con excesivo uso del elemento compositivo “fobo” para su
estrategia comunicativa) que llevan lanzando hasta el momento y sin una
posición clara, seguirá el lema: “los
niños tienen pene, la niñas tienen vulva, lo dice la biología...”.
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