Overlord y su recuerdo


El Desembarco de Normandía enmarcado en la Operación Overlord es uno de los acontecimientos de mayor impacto del Siglo XX por su objetivo: derrotar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. En el mundo terrible y deleznable que es la guerra, quedó registrado como la mayor operación militar en la historia de la humanidad, articulando un ataque sin precedentes desde tierra, mar y aire. El Día D (o el Día más largo como llamó Rommel) se ponía en marcha.


El General Dwight D. Eisenhower, fue el encargado de dirigir la famosa operación como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas, tomando decisiones difíciles pero acertadas, que conducirían a la liberación de territorios europeos sometidos a la opresión y la maldad de los nazis.

El complejo proceso para desarrollar esta operación desde su preparación hasta su inicio, incluyó, desde casi dos años, de un espionaje aéreo para identificar el terreno, la creación de un “anzuelo” (Operación Fortaleza), un entrenamiento meticuloso de los cuerpos militares  hasta la utilización de poemas como fue “Canción de Otoño” de Paul Verlain para comunicarse en clave con la resistencia francesa, por citar algunos.

Hoy se celebran 73 años de esa intervención llena de anécdotas, momentos dramáticos y por supuesto, personajes clave, como fue el general Cota. Este hombre que desde el mar visualizaba la tragedia a la que estaban siendo enviados los soldados estadounidenses, reflexión profunda pero segura, decidió dirigirse hacia la playa y entrar en acción teniendo en cuenta que en la guerra una de las armas más potentes es el liderazgo, utilizándolo para sacar (y salvar) y guiar a sus hombres del sitio donde estaban siendo masacrados por las MG -48, dando el ejemplo de que un general no debe abandonar nunca a sus soldados.

 Europa (y el mundo en sí)  como posición geográfica destrozada por la guerra,  no debe olvidar y tener presente que si hoy varios de sus países cuentan con democracias prósperas se debe a todos estos hombres que entraron en batalla hace 73 años como el general Cota y sus “muchachos”, que vivieron y sufrieron una de las mayores estupideces del hombre como es la guerra e inherente a esto, el fanatismo, fenómeno que se resiste a irse. La lección ya está dada, el resto es historia.

* En la imagen, el Gral. Eisenhower dando las últimas instrucciones a los paracaidistas de la División Aerotransportada 101 el día 5 de junio previo al inicio de las operaciones militares.

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