Y Sartori tenía razón


El célebre politólogo italiano, Giovanni Sartori, en su obra “Homo Videns”, señala esencialmente, uno de los retos a los que se tendrá que enfrentar la democracia liberal en la que según su visión, estamos ante el peligro de una transición del homo sapiens hacia un homo videns, en el que la capacidad de abstracción de los humanos pueda ser desplazada hacia una donde primen las imágenes, donde la visión gane a la concepción y que de acuerdo a sus palabras “el ojo se coma a la mente”. ¿Este argumento tiene algo que ver con la victoria de Trump? Me temo que sí.

Cuando Sartori se refiere a esa transformación en la que el “hombre que sabe” pasa a un estado de un “hombre que ve”, su universo se reduce a lo visible sin comprender la complejidad del mundo y por lo tanto lo vulnera,  al no poder abstraer conceptos y entender de qué manera funcionan, entonces, nos enseña cómo esto puede ocasionar la emergencia de figuras construidas por los medios de masas y el mejor ejemplo es Donald Trump, un fenómeno que puede tener consecuencias negativas sobre la calidad de la democracia y en el que según recoge el diario argentino “La Nación” en una entrevista en junio pasado, para Sartori, Trump es el producto del homo videns que daría lugar a otro espécimen que él denomina como “homo cretinus”.

Los asuntos públicos y la política como contenidos de información política necesitan un esquema mental que permita transformarlos en conocimiento político (tal como nos lo recuerda Sartori), pero si este esfuerzo no se encuentra entre las prioridades de los ciudadanos, el relleno acelerado de las conciencias con párrafos simplificados nos hará sus cautivos, donde el mejor testimonio lo podemos ver en Europa y ahora en EE.UU.

La televisión como medio por excelencia de las masas (hasta ahora porque el internet avanza), al comprimir la información y crear realidades alternativas, nos permite formularnos la hipótesis que explique cómo influye el que una persona, un “outsider” en el caso de la política, aproveche los huecos de la percepción “y se vaya hasta la cocina” (como se dice coloquialmente) como ha sido con Trump. ¿Por qué votan lo que votan? ¿Por qué eligen lo que eligen? Más que una selección basada en información y convertida en conocimiento, la falta de discernimiento y de rigor comparativo conduce a caer en el influjo de la psicología, utilizada por personajes como el presidente electo. Elevar los recelos, los miedos, el pesimismo y a su vez ofrecer soluciones de fácil acceso y de fácil uso,  aunado a los espacios que los medios masivos - en especial la televisión y ahora el internet - proporcionan el círculo idóneo para debilitar la comprensión de la política y de las políticas.

Vivimos en un mundo en el que tenemos el mayor acceso de información y opinión en cuestión de segundos pero paradójicamente, gracias al poder de lo simple y de lo que “vemos”, nos tornamos en seres pasivos sin poder generar el criterio necesario para evaluar las situaciones y los problemas a los que nos enfrentamos. Si bien los medios de masas pueden consumirse de forma responsable y al mismo tiempo nos ofrecen una serie de oportunidades (desde el ocio hasta la información), parece que el comportamiento de las sociedades demuestran lo contrario y es quizá aquí cuando digamos: “Sartori nos lo advirtió, Sartori tenía razón”. 







Les recomiendo esta excelente conferencia que dio en México Giovanni Sartori en el año 2001 bajo el espacio de reflexión “Cátedra Alfonso Reyes” del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). El nombre de la conferencia fue “Medios de comunicación, información y decisiones públicas: un reto para la democracia”. 


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