La importancia de la tradición


Desde hace algunos meses he venido escuchando con frecuencia y en distintos programas de televisión la repetición de la palabra “tradicional”, referida a instituciones en la política y el Estado, en la sociedad,  en el ámbito educativo y demás espacios de interacción humana, pero esto bajo un concepto que se encuentra más cercano a lo arcaico que del conocimiento preciso que tiene la transmisión del ayer al hoy para un mejor mañana. ¿Trivial? No lo creo.


La etimología (traditio) de la tradición es la “entrega” y esa entrega se refiere a todos aquellos elementos que generarán una fortuna social dotada de estabilidad y a su vez, arraigo a las comunidades que la cultiven. Teóricos, filósofos y sociólogos entre muchos más, han debatido largamente acerca de si en la sociedad son deseables los cambios y en caso de producirse, cómo deben darse, qué grado o magnitud deben tener estos o si por el contrario, mantener los esquemas tradicionales. Esta disputa de ideas sigue tan vigente como en el pasado, aunque en la actualidad, la idea de “avance” opuesta a la tradición se ha ido implantando con fuerza debido a los nuevos canales de comunicación de masas.

Uno de los grandes teóricos políticos y padre del pensamiento conservador ha sido Edmund Burke, defensor de la tradición y de acuerdo a sus palabras “la vida social es una sociedad entre los vivos, los muertos y los que están por nacer” (1790). Burke se refiere así al valor que tiene la tradición y cómo a través de ella, se heredan creencias, costumbres, prácticas, el conocimiento, que generaciones anteriores han podido evidenciar por su funcionalidad, por ello, no deben ser aisladas porque según la idea que nos intenta transmitir Burke, las nuevas generaciones estarían huérfanas de la guía para desarrollarse en el futuro.

Michael Oakeshott en su obra “Racionalismo en la política” (1962) también aludiría a la tradición haciendo una distinción en la mente de alguien que desea conservar lo mejor, prefiriendo por ejemplo,  “lo familiar a lo desconocido, lo limitado a lo ilimitado o lo real a lo posible” entre otros más casos. Al igual que Burke, se refiere a toda aquella acumulación de saberes heredados entre generaciones y alerta sobre los cambios que se intenten introducir en la sociedad en base a los dictados de la “razón”, que conduzca hacia un camino inseguro, un futuro incierto.

Debemos comprender lo que detrás de la palabra tradición existe antes de emitir valoraciones, ya que de no prever esto, seremos presas de la desinformación (o en el peor de los casos, estaremos malinformados), todo ello debido al etiquetaje que se hace por voces desde varios sectores hacia la opinión pública y bajo el paraguas del  término biológico “evolución”, para denostar, desprestigiar,  darle un sabor añejo a los modelos tradicionales de las instituciones, intentando confundir conceptualmente sobre la importancia que ha tenido el andar de los seres humanos a lo largo de los tiempos y sobre todo, el resultado que ha tenido, la entrega de lo mejor de esos seres a sus descendientes, su tradición, qué mejor regalo podríamos tener.


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