La palabra y Pedro Sánchez


De acuerdo con su raíz etimológica, Logos, es definido por la RAE como “Razón, principio racional del universo” pero también existe otra acepción como la utilizada por la teología cristina que lo define como “verbo o Hijo de Dios” o también referida a la “palabra”. Limitándonos únicamente a la concepción de la palabra sin entrar en el significado de la doctrina cristiana, las palabras, sabemos entonces, se convierten en un poderoso instrumento de persuasión (¿al servicio de las elites?), veamos cómo.


Leyendo con atención lo que los medios de comunicación impresos y digitales llevan describiendo sobre lo acontecido en España con el PSOE (y su caos) estos días y principalmente el fin de semana, se evidencia la manera en la que se posicionan “algunos” medios y su papel informativo respecto a la política, no siempre atendiendo a la idea liberal (que constantemente propugnan) de la prensa o sencillamente la imparcialidad pero ¿se vale? Claro que se vale en una democracia, pero hay que hacer precisiones al respecto y el ejemplo de esto es “El País”.

¿Qué significa que el diario, en la última semana de septiembre endureció su visión sobre lo que ocurría al interior del PSOE? ¿Qué intenciones tenían sus editoriales, noticias como la indiscreción del ex presidente Felipe González sobre lo que el “otro” le dijo y demás narraciones periodísticas a lo largo de estos meses y sobre este tema? Estas acciones mediáticas tienen un objetivo que no solo queda enmarcado en el periodismo o la difusión noticiosa, sino que juegan un papel activo y lo hacen a través de la “palabra” para entrar en la lucha política. Llegados a este punto, el grado de parcialidad al que ha llegado el periódico sobre los asuntos internos de una formación política, ha aumentado subiendo la temperatura del “intervencionismo”, creando una tormenta de críticas por la dureza y lo sesgado de su tono a Pedro Sánchez (este es el enlace del editorial en el que hace polvo al ex secretario socialista).

Pero ¿Por qué lo hace? ¿Qué está buscando con ello? ¿En qué quedamos, no era su función la de ser “advocacy”? Hay un sin fin de interrogantes sobre el por qué de su comportamiento, pero sabemos que el diario español entra en la batalla a través de la palabra y como las palabras como parte de la comunicación, bien sabemos que pueden no ser neutrales al igual que la misma información, por lo tanto, la comunicación se convierte en un anhelo, un deseo, debido a que su uso constituye una poderosa arma política pero en este caso, al servicio de ¿quién? A especular.


La democracia como sistema de gobierno proporciona el mejor espacio para la disensión y la resolución de las diferencias, en este sentido, los medios de masas tienen la función de hacer público el acontecer político, el debate que se produce en el sistema político pero al mismo tiempo, deben asumir la responsabilidad primordial en la formación de la opinión pública, por ello el lenguaje utilizado, la calidad de la información, la fijación de posturas y en conclusión, la palabra utilizada, no es una nimiedad. 

Comentarios